Crujientes por fuera, suaves por dentro. Una receta fácil, nutritiva y perfecta para sumar proteína vegetal a tus comidas. Ideales al horno, fritas o en freidora de aire.
Ingredientes
● 1 taza de arvejas partidas secas
● 1 cebolla mediana
● 1 diente de ajo
● ½ taza de pan rallado (y un poco más para rebozar)
● 1 huevo
● 2 cucharadas de perejil picado (para toda la frescura)
● Sal y pimienta a gusto
● Un toque de comino o curry (o las especias que prefieras)
Procedimiento
- Poné las arvejas en remojo por unas 8 horas, después colalas y enjagualas bien y
ponelas a cocinar con un poquito de sal por unos 20 o 30 minutos hasta que estén bien
tiernas. Una vez que estén listas, las colás y esperas que se enfríen. - Agarras una sartén, pones un chorrito de aceite y salteas la cebolla y el ajo cortados
bien chiquitos hasta que esté todo bien dorado y empiece a alargar el aroma. - Una vez que tenes esto listo, en un bowl lo suficientemente grande, o una licuadora, vas
a poner las arvejas cocidas (y frías!), el sofrito, el huevo, el pan rallado (acordate de
guardar un poco para rebozar), el perejil picado, la sal, la pimienta y el toque de curry o
comino o las especies y mixes o procesas todo hasta que te quede un puré bien liso
pero con textura. - Con las manos o una cuchara vas a armar bolitas o bastones y cuando estén listos los
rebozas con el pan rallado… Si ves que el puré está muy blando lo pones un rato en la
heladera. - En una bandeja con un poquito de aceite pones todas las croquetas y las mandas al
horno con 200° por una media hora hasta que queden bien doradas. Sino fritas, a fuego
medio, vuelta y vuelta… ¡Listo! - Las podes servir con un dip de yogurt y limón, una salsa de mostaza y miel o lo que
más te guste.
Podes congelarlas armadas y crudas y cuando quieras las pones en el horno o las freís.